Siento andar sobre mis venas plañideras,
alas sangrantes sobre los brazos
danzando con la muerte,
en este simulado eclipse
que trasmuta mis manos en espejos,
reparando sueños mutilados
que agonizan en los miedos,
desde hoy tendré que acostumbrarme
a nombrar las pesadillas
por el nombre que les anuncia
los labios de la fatalidad.