Escríbeme cuando quieras. Una palabra, miles, pocas, un escueto de silencio. Cualquier cosa que provenga del mundo de tus ideas es para mí de capital importancia, una remembranza absoluta, deliciosa, intensa en mi mente. Te amo en todo los extremos, te amo en todos los valores, en la sedosidad de la ternura y la asperesa de una supuesta virtud.