Sueño con los ojos intensos,
lindos como de psicópata,
matarían a la luna por un suspiro,
la esquizofrenia envenena sin tentaciones a ese cuerpo agonizante,
desea un beso de la muerte
tal vez sea dolor lo que nazca de tus labios
o un trozo de felicidad desbordante,
se que el resultado calmara el mar y los desiertos de otoño
alumbrados por una luna muda
perfecta en su locura vagando en la piel del universo,
vistes de tus rarezas la imágenes viejas que son poemas oscuros
repletos de demonios y alas de ángeles ensangrentadas,
es tu piel el arte puro de noches en noches
aterradores y enigmáticos suspiros,
noble como agua de los lagos en la montaña,
terrible como la lava del volcán en un bosque,
resguardada en un ataúd adornado con los cráneos de los niños muertos
observas como gira el mundo y cantas como si fueras la muerte,
niña que dúreme en un ataúd…
miércoles, septiembre 22, 2010
sábado, septiembre 18, 2010
Los de Sable y Guitarra
Los de Sable y Guitarra
Bello poema dedicado a la H. Arma de Caballería por el extinto Gral. Div. DEM Gabriel Ortiz Martínez.
Cuando las yeguas ya no den más potros,
Ni en Paracho se construyan más guitarras;
Cuando ningún talón sepa ya de espuelas
Ni acicates ni pialaderas y rodajas.
Cuando no se levante más el polvo
De la caballería en una carga;
Cuando ya nadie más comprenda nada
De regatones, de cujas y moharras.
Cuando ya se hayan ido para siempre
Los centauros jinetes de mi raza;
Los que por profesión hacían la guerra
Los que por vocación hacían la Patria.
Los que a la luz del sol daban la vida,
Y a la luz de la luna, serenatas;
Los de historias de amores y amoríos,
“Los de sable y guitarra…”
Cuando ya se hayan ido para siempre
Con la gloria anidada en sus laureles
Y el último jinete se haya muerto
Delirando con cargas y trompetas.
Yo sólo sé donde podré encontrarlos,
Con sus cargas, sus potros y sus sables;
Yo sólo sé dónde estarán entonces,
“Los de sable y guitarra…”
Los hallaré en el cielo de la gloria,
En el mundo infinito de las almas,
Porque este mundo les quedó muy chico,
Para la más cortita de sus cargas.
Y allá estarán, ¡Dragones en el viento!
Llevando los relámpagos por sables,
Cruzando nubarrones con sus pencos…
Usando las estrellas por rodajas.
Haciendo trepidar al mismo cielo,
¡cargando eternamente hacia la nada!
¡allá estarán cerca de Dios, muy cerca…!
¡Los de sable y guitarra!
Bello poema dedicado a la H. Arma de Caballería por el extinto Gral. Div. DEM Gabriel Ortiz Martínez.
Cuando las yeguas ya no den más potros,
Ni en Paracho se construyan más guitarras;
Cuando ningún talón sepa ya de espuelas
Ni acicates ni pialaderas y rodajas.
Cuando no se levante más el polvo
De la caballería en una carga;
Cuando ya nadie más comprenda nada
De regatones, de cujas y moharras.
Cuando ya se hayan ido para siempre
Los centauros jinetes de mi raza;
Los que por profesión hacían la guerra
Los que por vocación hacían la Patria.
Los que a la luz del sol daban la vida,
Y a la luz de la luna, serenatas;
Los de historias de amores y amoríos,
“Los de sable y guitarra…”
Cuando ya se hayan ido para siempre
Con la gloria anidada en sus laureles
Y el último jinete se haya muerto
Delirando con cargas y trompetas.
Yo sólo sé donde podré encontrarlos,
Con sus cargas, sus potros y sus sables;
Yo sólo sé dónde estarán entonces,
“Los de sable y guitarra…”
Los hallaré en el cielo de la gloria,
En el mundo infinito de las almas,
Porque este mundo les quedó muy chico,
Para la más cortita de sus cargas.
Y allá estarán, ¡Dragones en el viento!
Llevando los relámpagos por sables,
Cruzando nubarrones con sus pencos…
Usando las estrellas por rodajas.
Haciendo trepidar al mismo cielo,
¡cargando eternamente hacia la nada!
¡allá estarán cerca de Dios, muy cerca…!
¡Los de sable y guitarra!
jueves, septiembre 16, 2010
La primera franja, empezando por la parte superior, era blanca y simbolizaba la pureza de la religión católica, principio activo de unidad nacional; la segunda era verde y simbolizaba el ideal de independencia política de México, no sólo con relación a España, sino también de toda otra nación; la tercera era roja y representaba el ideal de la unión entre los indios, mestizos, criollos y españoles residentes en México
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