jueves, abril 28, 2005
viernes, abril 22, 2005
Ni la espada o el caballo
la bandera del castillo
son triunfo
si tus vestidos no están
en mi habitación,
ni trofeo o reliquia
son laureles
si tus besos
no son para mi,
ni reino o islas
los prados del Inglaterra
son hogar
si no me miras al despertar
ni ejércitos o escudos
los que jamás se rompen
son seguridad
si no estas a mi lado,
ni rey o dios
el creador de lo maravilloso
me sirven
si tu no comprendes
que no existe mejor reino que tu cuerpo,
espada que tus besos,
rey que tu mirada,
dios que tu celestial figura.
Me desmorone en el acto
al notar
tu llegada
desconcertante
no pude apartar de mi pensamiento
la mirada que marcabas
en mi
me limite a no decir
hermosa eres,
miedo
al desprecio,
a molestar,
miedo a la duda
tal vez si, el tiempo
regresara yo podría
tenerte
nuevamente
no se, imposible
perverso el destino que nos topo
cruzando las miradas
maligno el momento
en el cual, lo se
tu no eres mas para mi...
Maldigo hoy
el día destino
maldigo ahora el momento
mis ojos que vieron
lo que no tenían que ver
que no tengo y extraño
maldigo hoy mi presencia
que no consta en tu mirada,
tu mente,
tu cuerpo
maldigo hoy el destino
que me introduce en mi perdición
maldigo hoy mi soledad.
Entupido corazón
siéntete el culpable
de mi
desgracia.
Tendencias
La perversión a
conquistarte con una caricia
no es de caballeros
es de hombres,
ni matar un dragón
ofrendar mi sangre
es suficiente para conseguir una mirada,
todo es una obra,
una peligro que no explica
lo que ocurre
mientras la vida se pinta un hueco en el suelo
de los recuerdos
que quieren demostrar que están vivos,
hemos perdido
las tendencias
a cabalgar
matar dragones
y conquistar doncellas con poemas.
viernes, abril 08, 2005
Ocasiones
Tengo el momento
hablemos
del tiempo
antes de caer
en los cuentos
que me negué a contar
de ti,
de mi,
de los dos,
del corazón,
casa gigante que no ve la fortuna,
cuando me miras
antes que intente robarte un beso
lo sabes no dices nada solo juegas a que no saber nada
y yo lo se
no me engaño
te deseo, te encontrare,
moriré soñando o despertare amando.
Los sueños que encuentro
en el reflejo de un espejo son falsos,
no es un espejo son tus ojos,
tu mirada,
que aprisiona los miedo expiándolos
como si tus lagrimas fueran agua bendita
que dios expulso desde Sion
hasta tu rostro enmudecido por tu sonrisa de ángel
triste por no cantarle mas a dios,
dulce por sentirse viva,
ahora tenemos algo en común,
no podemos apartar la vista de los ojos de alguien
yo de ti, tu de alguien mas,
se aproxima un final triste
que un cuento podrá iniciar
el viento menguado por tu aliento
me dirá que no llame mas a los ángeles
ellos vendrán algún día...
Algunas veces puedo volar
me encuentro entre todos los árboles blancos
esperando una vida
que mañana me pintara un sueño
necesito una canción
para decir lo siento
otra para decir ven conmigo
al cielo.
Volar entre las nubes
que vienen aquí
donde nosotros caemos como ángeles
la ultima ves sonreíste
yo no supe que decir
pero los caminos en el cielo son extremos
tan libres como el viento
que se rompe en nuestros rostro,
ven
acompáñame a volar
y tal vez a caer como ángeles
enséñame a volar
muéstrame los vientos ligeros
para no caer como un ángel y quedarme
aquí arriba contigo.
Algo maravilloso
está a punto de ocurrir.
Lo sé
porque se me queman los dedos.
Lo sé
porque se me queman los ojos.
Lo se.
Cree en mi una vez mas
realmente las cosas son mágicas
conversamos con las nubes y miramos el amanecer,
entonces porque no creer en mi?
que me puedes tocar,
que me puedes mirar,
que me puedes besar.
Es tarde para poder librarme
de los sentimientos,
para sentirme abatido de nuevo,
eso no importa
nada importa
y aun que no pueda cambiarlo
me quemo
cuando te miro
cuando te acercas
cuando te vas...
A la chica que habita en el sur
Silencio
Silencio
Formas rotas
huelen a café
aliento de vida por la mañana
justo en el atardecer,
no te puedo olvidar;
quiéreme aunque no quieras
deséame aunque no quieras
matame aunque no quieras
todo aunque te duela,
yo a veces te mataría
otras solo te quisiera comer.
Al ángel de mi soledad