Tendencias
La perversión a
conquistarte con una caricia
no es de caballeros
es de hombres,
ni matar un dragón
ofrendar mi sangre
es suficiente para conseguir una mirada,
todo es una obra,
una peligro que no explica
lo que ocurre
mientras la vida se pinta un hueco en el suelo
de los recuerdos
que quieren demostrar que están vivos,
hemos perdido
las tendencias
a cabalgar
matar dragones
y conquistar doncellas con poemas.
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