De un Ángel y un Vampiro,
que alguna vez jugaron,
a los amantes, a los niños, a los adultos,
pero al final terminaron por matarse
y lloraron su perdida
La balada del Ángel y el Vampiro
Robe la sangre de Cristo
que halle en la tela
de la Verónica,
el mundo sonrió,
nací en las sombras
de un eclipse,
tu eternamente brillabas
en un atrio,
eres un Ángel con la espada de fuego
tus ojos llenos de; ira,
compasión y miedo
a descubrirte
te vi, me miraste,
nuestros corazones se golpearon un instante
yo te mordía,
tu deslizaste clavando
la espada en mi pecho,
me comía tu ánimo(tu vida)
terminabas con mi forma (mi vida)
llore,
sonreí,
al ver lagrimas en tus ojos,
supe en ese instante
sufrías de lo mismo
que yo,
te bese,
tu cuello sangraba,
me besaste,
la espada quemaba mis entrañas,
agonizábamos juntos
nos miramos,
te regale mi alma,
tu prometiste no abandonarme,
moríamos, los dos
en un atardecer prematuro
en el atrio de la catedral de Santiago.
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