sábado, junio 25, 2005

De un Ángel y un Vampiro,

que alguna vez jugaron,

a los amantes, a los niños, a los adultos,

pero al final terminaron por matarse

y lloraron su perdida

La balada del Ángel y el Vampiro

Robe la sangre de Cristo

que halle en la tela

de la Verónica,

el mundo sonrió,

nací en las sombras

de un eclipse,

tu eternamente brillabas

en un atrio,

eres un Ángel con la espada de fuego

tus ojos llenos de; ira,

compasión y miedo

a descubrirte

te vi, me miraste,

nuestros corazones se golpearon un instante

yo te mordía,

tu deslizaste clavando

la espada en mi pecho,

me comía tu ánimo(tu vida)

terminabas con mi forma (mi vida)

llore,

sonreí,

al ver lagrimas en tus ojos,

supe en ese instante

sufrías de lo mismo

que yo,

te bese,

tu cuello sangraba,

me besaste,

la espada quemaba mis entrañas,

agonizábamos juntos

nos miramos,

te regale mi alma,

tu prometiste no abandonarme,

moríamos, los dos

en un atardecer prematuro

en el atrio de la catedral de Santiago.

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