lunes, febrero 26, 2007

“El cadáver” le abrió la puerta, y en lo que advertí la situación, comenzó a besarla y, poco a poco, le fue desabrochando los botones de la camisa. Vi como su lengua repasó cada rincón del cuerpo de esa mujer, mientras yo, en medio de mi tristeza, sentí como un rayo frío y fugaz se clavó en el centro de mis piernas.

1 comentario:

  1. Anónimo10:12 a.m.

    Moriré enamorado de ti, enamorado de verdad, con todo el peso y la carga de lo que significa amar, tal vez jamás lo entiendas, ni siquiera te enteres de este secreto, pero así será, y es que yo se cuando debo alejarme, porque de que sirve estar donde no cabes, y yo en tu vida cada día y momento valgo menos, aunque digas que no, así es, mentirosa por eso te quiero sierre puedes hacerme sonreír un poquito.
    Gracias aunque se no es verdad

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