jueves, marzo 29, 2007

Me enamore de la forma

en como mirabas mi vos

aquella noche,

noche templada en la ciudad de los Buenos Aires

entre el humo del cigarro

arriesgándolo todo para compartir las estrellas de la ciudad con tus ojos

entre el trago de un licor desconocido y la cerveza alemana de nombre impronunciable,

tu mirada insistía en clavarse dentro de mi memoria,

tu vos tenia la fuerza de un mañana mejor,

casi imposible de repetir en el eco sordo de mi memoria

durante el lapso de la madrugada menguante

donde el calor desaparecía convirtiéndose en un suspiro en tierra

en tus rizos o tus manos,

me enamore de tu mirada, del gesto en tu boca,

mueca helada que alegra almas,

sonrisa de gitana,

preciosa embaucadora

han de ser la madrugada,

pero he vito tu silueta bailar alejándose como sombra

saliendo de tu espalda para invitarme

a caminar en la noche,

yo atado a tu mirada

no resisto y enloquezco con el humo

que tu cigarro suelta cada ves que das una bocana

al etéreo espacio al tiempo nocturno que se termina,

bailando con las palabras,

lo eterno se presta para guardarlo en mi bolsillo

para quedarme tu mirada que devoraba a la mía

mientras la ultima noche de un tango

eclipsaba el sueño convirtiéndolo en suave sonrisa

soñé y desperté diez mil veces escuchando tu nombre

desenredándose entes cabellos y jugando con tus manos

quise ser el cigarro y después el vaso

pero estaba aprisionado en lo bonito de lo innombrable

tu mirada que lo decía todo

me equivoco o no para mi será

la ultima noche de tango en la señora Santa María del Buen Aire

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