Algunos obituarios son historias de amor. Mientras otros cuentos de dolor. Otros inspiran poetas. Algunos deprimen a los frágiles. Son susurros afilados, son tan intensos que duelen y tan bellos que emocionan, susurran, hablan y recitan lamentos.
Ni toda la imaginación
podría romper el muro de la realidad,
nunca seré un caballero,
que defienda castillos,
ni tendré el valor necesario
para competir contra el hombre de tu vida,
solo seré un sueño errado,
que no ha terminado de despertar.
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