Cuando callas y nada dices
tengo miedo de que el universo se detenga
pacificadora voz de divina entonación
ahora el tiempo está detenido en el suspiro que no aguanto
es el agobio de la incertidumbre y la dura espera,
la noche que no termina y espesa la melancolía
deseosa de escuchar el trinar de los pájaros al amanecer,
este silencio yerme la vida
donde los diluvios y los llantos
abren el mar con plagas prometidas,
ni la sal del mundo podrá ampararnos purificando
la miseria que azota en el parpadear del tiempo,
este reloj breve reclama sin indulgencia
el cuerpo cansado secuestrado por el sueño,
desfigúrate nuevo día ya quiero escuchar mi nombre
en el sonido pulcro como el canto del ruiseñor despertando al sol
porque la vida existe cada vez que me nombras.
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