lunes, mayo 27, 2013

A propósito de exorcismos y posesiones

A propósito de exorcismos y posesiones

"Para que uno sea arrepticio o energúmeno, se requiere que el demonio entre en el cuerpo del obseso, sin que baste sola su asistencia exterior o extrínseca; se requiere que inmediatamente por sí mismo, y no por las enfermedades, atormenten. Se requiere también que tengan potestad de quedar en el cuerpo del obseso, como en propio domicilio, atormentándolo exterior o interiormente. Su existencia en el cuerpo es distinta de la que el alma tiene en él, porque ésta, como forma vivificante de aquel, reside en todo él. Mas el demonio existe o en el todo, o en alguna parte, como en lugar de su operación. Existe de distinto modo que el ángel custodio, porque éste sólo obra exteriormente, removiendo de nosotros los males que nos amenazan, o infundiendo interiormente los buenos consejos. Pero el demonio obra dentro del cuerpo y en el cuerpo mismo. Siendo espíritus pueden entrar por cualquiera parte o meato del cuerpo. Las más veces residen en el corazón, o cerca de él, porque éste es el principal miembro del cuerpo humano y el principio de las acciones vitales. […] una legión incluye seis mil demonios; los indicios que señala el ritual por verdaderos son el hablar en lenguas extrañas y peregrinas; el tratar de ciencias que nunca han aprendido; el revelar cosas ocultas que no pueden saberse por la virtud natural"

Proceso contra Bárbara Echegaray, Archivo General de la Nación (México), Inquisición, vol. 1251, f. 31

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