miércoles, noviembre 16, 2016

Cabrones. Eso es lo que sois: 
unos miserables cabrones. 
(Aunque no sólo vosotros caváis las fosas
desde donde para toda la eternidad 
os van a estar mirando esos niños).
"Cobardes cabrones de mierda" 
es el mejor verso 
que me inspira vuestro delirio. 
(Aunque aquellos que os lo permiten 
tengan mayor pecado).
Pero por más tierra que echéis 
y echéis sobre esos menudos cuerpos, 
jamás podréis quitaros de encima ese olor
nauseabundo de almas putrefactas 
en que os habéis convertido.
Ni caridad ni leches: sois unos mierdas, 
hijos de la gran mierda. 
Y mi poema no puede decir otra cosa 
que esta verdad: vuestra vil inmundicia 
va a suponer vuestro propio fin.
Mientras esos ángeles que enterráis vivos 
seguirán vivos en Dios, eternamente, 
vosotros ya estáis condenados 
a un eterno espanto desde ahora,
cobardes cabrones de mierda.
(Sólo me queda rezar 
sobre esas tumbas -rezar como un niño-,
apretar el alma con los dientes
y dejar allí unas flores. Y un puñetazo 
en la tierra, y en este silencio 
de tantos, de muchos, de demasiados).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario