viernes, abril 07, 2017

El hecho de admitir que la muerte del
otro es más importante que la mía es el milagro mismo de lo humano en el ser:
fundamento de todas las obligaciones

 A un muerto hay que tratarlo como se trata a un dormido,
a quien uno no se atreve a despertar, porque se abriga la esperanza de que
algún día despierte por sí mismo

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