La sensualidad se esconde en sitios que muchas veces consideramos que
no son propios de ella, una mirada inocente, un ademan… Pudiera ser que
tus ojos me cautivaron y hoy escribo estas letras bajo el efecto de una
fiebre que consume mis pensamientos y tal vez para mañana, ya no pueda
borrarte de mi mente: esos ojos que proyectan un fuego que no quema.
Tu
belleza no es externa, sino que entre más profundizo en ti, más me
gusta tu misterio: bajo llave guardas a alguien, una mujer que podría
ser fatal para cualquier hombre, esos son tus secretos; tus pecados:
encierras mil demonios, ¿Qué sucedería si algún día los liberas?
Hoy
puedo ver en tus ojos que tus sueños se ven reflejados en la libertad
de ser como se te dé la gana, de ser una mujer difícil para muchos y
complicada para otros tantos, en eso radica tu esencia: en ser una
orquídea. Flor misteriosa.
Tu boca la fruta prohibida de un edén…
Tu voz: música hipnótica, que poco a poco me hace perder la razón, la
poca que me queda y que tal vez esté dispuesto a perder por oír de tus
labios, una vez más que pronuncies tus sueños; realidades que esperas
ver cumplidas… Tus manos: creadoras de caricias que queman la piel de
tus amantes o congelas su respiración al tomarlos por el cuello… Tu
espalda: Columna de fina forma tallada por el creador, de arquitectura
tan surrealista, de sensualidad infinita…
Creo que la
fiebre consume muy rápido mis fuerzas y las palabras no bastan para
decir cuna bella eres para mi, es por eso que cerrare los ojos para
tener alguna esperanza de poder verte en mis sueños de demencia febril…
-Me veras en tus sueños, tal vez no te des cuenta pero yo vivo en tus sueños…
Cierro los ojos y duermo con el calor de tu cuerpo quemándome la piel.
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