Pasan. Las horas pasan. Los días, crueles nos roban el tiempo y nos dejan indefensos y débiles.
Los mismos lugares, idénticos... Tan comunes y familiares que ahora se me hacen mas extraños que nunca.
Las hojas salpican las tardes y las calles vacias se llenan de individuos grises que se llevan nuestra infancia.
Señores con sombrero, señores que se toman licencias poéticas para destrozarnos la vida y la infancia...
Derechos pocos, memoria toda la imaginable...
Que me devuelvan mi inocencia...
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