El monstruo es un error que mancha la perfección del mundo,
Como el polvo que ensucia y es barrida,
engendro cuya deformidad confirma y halaga
nuestra cultura sobre los miembros y los órganos,
la monstruosidad antídoto para sentirse humanos;
la aberración del orden, el desvío,
la violación de la virtud generadora de fetos comidos por la putrefacción del vicio,
las dos cabezas,
las culebras emergentes de vaginas,
los cuerpos cosidos por los genes maculados,
los contrahechos,
las aleaciones de espantos y bestias,
las criaturas abisales,
el miedo, siempre el miedo a lo ignoto,
a la frontera,
a los otros que casi siempre,
una vez más, nos acercan el espejo
el monstruo está siempre en los aledaños;
nos amenaza con el caos,
pues es una ilusión del propio orden que lo agita
y muestra para apuntalar su estabilidad
el monstruo es óxido en las manos lavadas,
es esputo en una pureza únicamente sustentada en el número.
Como el polvo que ensucia y es barrida,
engendro cuya deformidad confirma y halaga
nuestra cultura sobre los miembros y los órganos,
la monstruosidad antídoto para sentirse humanos;
la aberración del orden, el desvío,
la violación de la virtud generadora de fetos comidos por la putrefacción del vicio,
las dos cabezas,
las culebras emergentes de vaginas,
los cuerpos cosidos por los genes maculados,
los contrahechos,
las aleaciones de espantos y bestias,
las criaturas abisales,
el miedo, siempre el miedo a lo ignoto,
a la frontera,
a los otros que casi siempre,
una vez más, nos acercan el espejo
el monstruo está siempre en los aledaños;
nos amenaza con el caos,
pues es una ilusión del propio orden que lo agita
y muestra para apuntalar su estabilidad
el monstruo es óxido en las manos lavadas,
es esputo en una pureza únicamente sustentada en el número.
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