martes, agosto 15, 2017
Yo diría que el mal es energía mal encauzada, mal dirigida. Hitler no
era persona perezosa, al menos en el sentido coloquial de la palabra. Al
contrario: Era muy activo, muy enérgico (escribió un libro, fundó un
partido, concurrió a unas elecciones, las ganó...). E hizo otras muchas
cosas, todas ellas malvadas, despiadadas, dañinas... La maldad es más
bien un error: un error que hace sufrir. Como dice José Antonio Marina,
"quien se equivoca en los fines, se equivoca en todo".
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