Partiendo de lo anterior, el Dragón como tal, siendo el representante del Espíritu, no tiene forma, y su Presencia es un reflejo del mismo Demiurgo, quien es Sombra del Inefable. La forma con la que conocemos al Dragón es una apariencia que en símbolo viviente, traduce su Poder y su Esencia. Pero, en el mundo de las apariencias, esta imagen nos permite llegar a la Imagen Real, la cual es indefinible para los sentidos mortales; así, partimos de lo conocido hacia lo desconocido. Entonces, el que Seth "mate" a Apep (fijar, en el sentido Alquímico), indica que está yendo más allá de las apariencias, y así llega a contemplar la Verdad de lo que Es el Dragón, su misma Esencia, que es la Esencia de la Creación. Se comprende a Sí Mismo, más allá del Mundo de las apariencias, como lo que Es en Realidad, en su Imagen Real. Como Thoth-Hermes, el Dragón de Al-khem ha dicho en las Tablas de Esmeralda: "Entiende que de lo visible, sólo queda lo invisible; lo que no tiene forma es todo lo que queda de lo que tiene forma".
EL SEÑOR QUE AMABA A LOS DRAGONES
El señor Ye amaba tanto a los dragones que los tenía tallados o en pinturas por toda su casa. Cuando de esto se enteró el verdadero Dragón Celestial se puso muy contento y bajó a la Tierra; llegó a la casa del señor Ye y metió su cabeza por la puerta y su cola por la ventana. Al verlo, el señor Ye huyó despavorido, a punto de enloquecer. Esto demuestra que el señor Ye no amaba verdaderamente a los dragones; sólo gustaba de la imagen pero no del auténtico dragón. SHEN BUHAI
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