No sabía que mi cariño causaba daño,
soy como el erizo que espina cuando se acerca,
como la boa que su abrazo mata,
no es mi culpa ser el veneno,
ni es mi gusto saberme el mal,
pero tengo que pagar el infortunio,
pagar con mis lágrimas esta soledad
no quiero ser el malo, no quiero robarme la vida de nadie,
ni destruir felicidades,
primero morirme yo,
desaparecer y huir,
así que me alejo lo suficiente para no contagiar mi peste,
pero tan cerca para observar en silencio,
es que este cariño es de corazón, puro y sincero
que me hace atreverme
ser valiente y no claudicar.
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