miércoles, enero 31, 2018

Me acorde, de los tiempos en los que existía un rey una princesa
donde existieron amores clandestinos
fuertes como para derrotar un imperio,
como para traicionar a la familia,
idílicos como el amor profesado a la Reina Ginebra por Lancelot,
o el insuperable amor de Tristan a la Reina Iseo,
tan prohibidos como faltarle a Dios.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario