miércoles, marzo 07, 2018

Sigfrido creció en la selva y luego tuvo como maestro al herrero Mime, que le aconsejó como debía matar a Fafner, el dragón custodio del tesoro de los nibelungos. El futuro héroe forjó nuevamente la espada que había pertenecido a su padre (Nothung o Balmung), y con ella atravesó el corazón del monstruo, en cuya sangre se bañó para hacerse invulnerable. Sólo un lugar de su espalda —donde se pegó una hoja de tilo— no fue bañado por la sangre.

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