martes, marzo 20, 2018
Tallados en las paredes de las iglesias, los portales de las catedrales,
pero también pintados en los manuscritos litúrgicos y profanos, los
monstruos híbridos -figuras medio humanas y medio animales- aparecen con
profusión en el arte de la Edad Media. El hecho de ser tan visibles a
través de los medios mencionados hace que con el tiempo lleguen a
existir a los ojos de las personas de la época. La imagen, que con su
existencia sirve a la fe, es la manifestación visible de un mundo
invisible. La frase contemporánea: “ver para creer” se invierte en la
época medieval: “Hay que creer para verlo”.
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