¿Y a la noche vamos a pedirles nosotros que nos deje dormir? Es en la
falta de oscuridad cuando ocurren las cosas que nos preocupan, que nos
aterran, pero también nos fascinan. Es el frío entrando por los
recovecos de las casas y la niebla subiendo de la tierra aparentemente
seca.
Pero somos nosotros los que abrimos los ojos cuando la luz se
va. Cuando nadie queda en las calles para contemplarnos, allá estamos
nosotros mirando a través de nuestras ventanas. Cuántas veces no me
habré sorprendido mirando las luces filtradas a través de las ventanas
de las casas a altas horas de la madrugada, y me habré encontrado
pensando por qué se mantenían despiertos tan tarde.
¿Por qué? A veces, pongo a la noche en duda..
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