lunes, abril 30, 2018

No hubo cantos de Ángeles,
ninguna brujo vino a bailar conmigo alrededor de la hoguera,
no encontré Hadas en este viaje,
triste Walpurgis...
Siento que cada medio día, buceo en el fuego.
Me sumerjo en una tempestad de llamas que me abrasa, que me despelleja por dentro.
Las corrientes de convección me arrastran al fondo del averno.
Siento como unas pesadas cadenas de plomo hirviente, me retienen privándome de libertad.
Es el recuerdo que me acecha y me inmoviliza en esa hoguera expiatoria del sufrimiento.
Y el bálsamo de la noche
qué diferente del invierno.
La noche, con su refrescante aliento, devuelve la vida a mis calcinados miembros.

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