Supongo, las pocas espectativas, se diluyeron con las ultimas ganas de
seguir intentando escribir esa historia, la era de la ruina se postro
frente de mi, me miro como si existeriera, como si importara, me sedujo
el vicio y el aroma melancolico de su perfume, me comio el corazon
muerto y acambio de una sonrisa y un abrazo le jure lealtad a la
autodestruccion
No hay comentarios.:
Publicar un comentario