Las pocas expectativas,
se diluyeron con las ultimas ganas de seguir
intentando escribir esa historia,
la era de la ruina se postro frente de mí,
me miro como si yo existiera,
como si yo importara,
me sedujo el vicio y el aroma melancólico de su perfume,
me comió el corazón muerto,
a cambio de una sonrisa y un abrazo
le jure lealtad a la autodestrucción.
se diluyeron con las ultimas ganas de seguir
intentando escribir esa historia,
la era de la ruina se postro frente de mí,
me miro como si yo existiera,
como si yo importara,
me sedujo el vicio y el aroma melancólico de su perfume,
me comió el corazón muerto,
a cambio de una sonrisa y un abrazo
le jure lealtad a la autodestrucción.
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