Le he pedido a Dios "un sol frío y un viento calentito". Creo que es la
primera vez que me doy cuenta, motu proprio, que he rezado. Y me entra
la melancolía de que haya sido algo tan en contra del principio de no
contradicción que se vaya fuera del alcance de Dios...
¿Fuera de mi
alcance...?, me sopla al oído con la brisa que pasa. "Parece mentira,
que no sepas que, ante el principio de no contradicción, se alza la
poesía. La próxima noche de luna llena, cuando sople un vientecillo
ardiente como en Levante, voy al jardín para ver que : 'Éste es mi sol
frío, éste mi viento cálido'.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario