domingo, mayo 05, 2019

En los ojos, ensueño. La frente, como si rozara
con algo que estuviese lejos. La boca bordeada
de intensa juventud, de seducción sin pose,
y ante los cordones rebosantes de adornos
del esbelto y aristocrático uniforme,
la cazoleta, el sable y ambas manos,
esperando tranquilas, sin codiciar nada,
y ya casi invisibles: como si quisieran
captar la lejanía y desaparecieran.
El resto velado por su propia sombra,
desdibuja

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