lunes, junio 24, 2019
Uno de los grandes medievalistas los achaca a la metáfora de la lucha
contra la vagancia y la lentitud, del mismo modo que concedía poderes
sobrenaturales venidos del averno a estos seres cuyos ojos se sitúan
sobre lo que se asemeja a una cornamenta. También hace hincapié en la
fortaleza y gallardía que cualquier caballero bizarro necesita para
acabar contra la protección de la concha, que también se plantea como
metáfora de la resistencia de estas lacras: la holgazanería y la
lentitud.
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