jueves, diciembre 26, 2019

Y soy un extraño sin felicidad
caminando las calles de México
recordando.
Mis amigos, se me han muerto,
mis amantes desaparecieron,
mis putas fueron proscriptas,
mi cama apedreada y sacudida
por los terremotos y no tengo
hierba santa para volarme a la luz
de las velas y soñar humo de autobuses
solo eso, tormentas de polvo, y las mucamas
que me espían furtivamente a través de un agujero
en la puerta, taladrado secretamente para observar
las almohadas con que hacen el amor los masturbadores.
Yo soy la gárgola
de Nuestra Señora
soñando en el espacio
sueños grises brumosos
mi rostro apunta hacia Napoleón
no tengo forma.
La libreta en la que anota las direcciones postales
está plagada de "Que en paz descanse"
No creo en el valor del vacío,
me siento cómodo sin honor
mi único amigo es un viejo marica
que no posee una máquina de escribir
que, si fuera mi amigo,
intentaría sodomizarme.
una no deseada botella de aceite,
campesinos lavando el tragaluz,
un loco con quien comparto el mismo cielorraso
hace gárgaras en el baño contiguo
unas cien veces por día.
Si me emborracho tengo sed
si camino mi pie se rompe
si sonrió mi máscara es una farsa
si lloro sólo soy un niño
si recuerdo miento
si escribo, ya todo fue escrito
si muero, la muerte llega a su fin
si vivo, la muerte recién comienza
si espero, la espera es más prolongada
si parto, la partida ya no existe
si me duermo la dicha suprema es pesada
la dicha pesa sobre mis párpados
si voy a cines baratos me comen las chinches.
No tengo dinero para cines lujosos
si no hago nada
nada lo hace

viernes, diciembre 20, 2019

¡Vida! Tantos años,
y tanta alegría de vida.
¡Vida! El amor
trabajando los detalles,
el amor que mima
las cosas pequeñas.
Esas manos consagradas
de Amor, esas manos
que hacían milagros
en nombre del Nazareno,
y que resucitaban a las almas
con divina pericia.
Vivir de amor,
vivir de Vida.
Y cada día más amor,
y cada día más Vida.
Vida de Vida,
vida más viva,
vida agraciada
de fe, y de esperanza.
¡Vida! Tantos años
que son eternidad
a base de puro amor,
de amor en vilo.
¡Qué extraordinaria
es una vida enamorada
de Dios, en Cristo!
¡Qué viva está
una vida así de Vida!
¿Muerte? ¡Vida!
Mirad su amor, su alma.
¡Vida, vida, vida!
El amor no deja
de respirar nunca.
El amor no deja
de enamorarse nunca.
¿Muerte? ¡Vida!
¿Acaso no somos todos
unos resucitados?
Vivir de Amor,

vivir de Vida.

miércoles, diciembre 11, 2019

Cuando la noche llega, algunos dicen que nunca
ocurre nada especial.
Pero afuera, en la calle, la ciudad duerme
bajo un silencioso manto de estrellas,
el rostro pálido de la luna nos muestra
una extraña mueca dolorosa,
mientras se escuchan los aullidos de los lobos;
la niebla fría y fantasmagórica
nos dibuja una extraña silueta
que surge entre las sombras;
desde la acera un gato negro nos mira fijamente
bajo la luz amarillenta de una farola.

Y dicen que nunca pasa nada.
Todo esto a mí me parece extraordinario.

martes, diciembre 10, 2019

Siento andar sobre mis venas plañideras,
alas sangrantes sobre los brazos
danzando con la muerte,
en este simulado eclipse
que trasmuta mis manos en espejos,
reparando sueños mutilados
que agonizan en los miedos,
desde hoy tendré que acostumbrarme
a nombrar las pesadillas
por el nombre que les anuncia
los labios de la fatalidad.

lunes, diciembre 09, 2019

La descripción de la bruja Erictho aparece reflejada por primera vez en el libro sexto de Farsalia, obra escrita por el autor romano Lucano. Este poema épico, increíblemente largo, relata la guerra civil desatada entre Julio César y Pompeyo.
En este contexto surge una figura temible que parece ser una combinación de todas las brujas mitológicas y literarias anteriores, dado que simula evocar la descripción que Virgilio hace de Hécate en su célebre Eneida.
La Bruja Erictho o Ericto
La Bruja Erictho o Ericto

Erictho (o Ericto) vive en Tesalia, el país clásico de la brujería, y allí es consultada por el hijo de Pompeyo la víspera de la batalla de Pharsalus (48 a.C).
Esta horrible hechicera tiene enormes poderes, que la aproximan más a una diosa que a una bruja, y emerge como la Gran Madre Kali recogiendo los huesos y las cenizas de los muertos.
En Farsalia, en vez de guiar a los suplicantes hacia el Inframundo, Erictho es capaz de rescatar seres de infierno a través de ejecuciones nigrománticas y de reanimar cadáveres que predicen los resultados de las batallas.
Se creyó que tales operaciones tenían resultados reales, y la resurrección de los muertos fue un tema discutido en círculos científicos hasta el siglo XIX.
Georg Luck afirma que el poeta Shelley leyó a Lucano junto a su esposa Mary y que este hecho probablemente derivó en la idea que ella tuvo de escribir Frankenstein.
Las brujas, meigas en el norte de España, son a su vez descendientes de las pitonisas greco-latinas, que tenían poderes adivinatorios. En la Edad Media se las consideraba mujeres extraordinariamente feas y ancianas o de una belleza y juventud malignas. La tradición dice que se podían convertir en gatos y que volaban montadas en una escoba. La bruja literaria conoce conjuros y pociones que convierten a los hombres en animales o que obligan a una persona a enamorarse de otra, en el caso de los llamados “filtros de amor” -por ejemplo, en la Celestina. En el mundo simbólico la mujer encarna frecuentemente las cualidades más perversas
La cacería de brujas se convertirá rápidamente en
una narración mitológica, un recuerdo fantasmagórico,
tanto oral como literario, e incluso un arquetipo
metafórico. Las brujas no serán olvidadas después de
la Revolución francesa y del advenimiento de la modernidad política.
No desaparecerán de la memoria
colectiva con el final de la Inquisición y el agotamiento
de la Contrarreforma, ni tampoco con el desarrollo de
las nuevas formas de disciplina y castigo creadas por
la sociedad industrial, aunque Foucault no les haya
prestado atención. Las brujas siguen acechando el
imaginario colectivo de los siglos xix y xx