viernes, febrero 23, 2007

Ahora puedo reconocer el sopor de la oscuridad

el trino del cuervo en medio de un abismo lleno de estrepitosos sonidos

puedo sentir en mi piel como las heridas se abren ardiendo

el dolor de un vació

un cansancio de esperar

no existiré jamás en un futuro

ni permaneceré mas en una silla sentado

esperando como un muñeco en anaquel de juguetería

me hago viejo y los niños me olvidan

me hago viejo y las niñas me olvidan

me han de tirar a la basura ahí donde yo les he pedido me abandonen

sin escrúpulos la crueldad ya no me interesa

ni la madera llena de termitas o un cielo estrellado

no saldrán mas lunas ni tendré lunes, viernes ni días trece

la navidad y la noche de reyes serán un sueño mas que se esfuma

entre nubes de montaña

ahora todo se desvanece

¿habrá algo después de la muerte?

pronto lo sabré…

sin tu alma en mi mundo

vida, o muerte…

solo un murmullo pardo los separa

un disparo en la sien

no existirá el dolor

ni de mil espadas al borde del rojo vivo

lo sabré si una sola lágrima mi

fuera a verterse

atrápala antes de que caiga

y se convierta en una expiación,

no temo a la muerte

temo a seguir con vida

temo a un sufrimiento sin fin

porque lo triste no es morir

si no esperar la muerte,

cuando este en el infierno

las llamas me abrasaran

marcando con yagas mi piel,

estará mi nombre en un sepulcro

y flores salvajes nacerán enfrente de mi tumba

enredándose entre la lapida olvidada

serán la compañía junto a la tierra

de un cuerpo que ansia perderse para encontrarte

para regresar adonde una luminosidad

le haga sonreír de nuevo

habré encontrado mi autentico paraíso

un reino donde pueda ser príncipe o caballero

y no una sombra de lo que alguna ves fue el mundo.

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