Ahora puedo reconocer el sopor de la oscuridad
el trino del cuervo en medio de un abismo lleno de estrepitosos sonidos
puedo sentir en mi piel como las heridas se abren ardiendo
el dolor de un vació
un cansancio de esperar
no existiré jamás en un futuro
ni permaneceré mas en una silla sentado
esperando como un muñeco en anaquel de juguetería
me hago viejo y los niños me olvidan
me hago viejo y las niñas me olvidan
me han de tirar a la basura ahí donde yo les he pedido me abandonen
sin escrúpulos la crueldad ya no me interesa
ni la madera llena de termitas o un cielo estrellado
no saldrán mas lunas ni tendré lunes, viernes ni días trece
la navidad y la noche de reyes serán un sueño mas que se esfuma
entre nubes de montaña
ahora todo se desvanece
¿habrá algo después de la muerte?
pronto lo sabré…
sin tu alma en mi mundo
vida, o muerte…
solo un murmullo pardo los separa
un disparo en la sien
no existirá el dolor
ni de mil espadas al borde del rojo vivo
lo sabré si una sola lágrima mi
fuera a verterse
atrápala antes de que caiga
y se convierta en una expiación,
no temo a la muerte
temo a seguir con vida
temo a un sufrimiento sin fin
porque lo triste no es morir
si no esperar la muerte,
cuando este en el infierno
las llamas me abrasaran
marcando con yagas mi piel,
estará mi nombre en un sepulcro
y flores salvajes nacerán enfrente de mi tumba
enredándose entre la lapida olvidada
serán la compañía junto a la tierra
de un cuerpo que ansia perderse para encontrarte
para regresar adonde una luminosidad
le haga sonreír de nuevo
habré encontrado mi autentico paraíso
un reino donde pueda ser príncipe o caballero
y no una sombra de lo que alguna ves fue el mundo.
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