el cronófago, que avanza proyectando las garras de sus hórridas patas de
modo que marca los segundos y devora el tiempo al abrir y cerrar la
boca que luce temibles colmillos que más que devora el tiempo pareciera
dispuesto a devorar la humanidad. Esta terrible criatura abre y cierra
los ojos de una manera que hipnotiza a los espectadores. Los movimientos
de esta langosta generan destellos de luces azules que viajan por la
esfera hasta detenerse en la hora exacta.
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