Algunos obituarios son historias de amor.
Mientras otros cuentos de dolor.
Otros inspiran poetas.
Algunos deprimen a los frágiles.
Son susurros afilados, son tan intensos que duelen y tan bellos que emocionan, susurran, hablan y recitan lamentos.
viernes, junio 17, 2016
¿Por qué visitamos la tumba de alguien a quien no hemos conocido en
absoluto y donde ya no hay nada? Porque aún nos dice algo, algo que
sigue resonando en nuestros oídos” (Cees Nooteboom).
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