martes, agosto 09, 2016

Cada año, miles de corderos con apenas unas semanas de edad son sacrificados para que nosotros podamos regocijar nuestro paladar con la carne fresca y jugosa de los lechazos. Su equivalente en el cine son todas esas muchachas a las que vemos crecer en la pantalla bajo el cobijo de los colores pasteles y las sonrisas familiares de los canales para todos los públicos, mientras al otro lado de la implacable cadena del star system las aguarda con afiladas guillotinas en forma de escándalos sexuales y cámaras de paparazzi.

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