lunes, enero 09, 2017

Me levanté hecho polvo. Me había desvelado la noche anterior hasta que la poesía vino a mi socorro. Pero no cuento que además le di al vino, mis muertos me ofrecieron unos tintos estupendos y yo no pude negarme, porque el vino es sagrado. Ya me vi locuaz e indiscreto, que es una señal de que conviene reprimirme.

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