domingo, marzo 12, 2017

La aventura, dijo alguien que se había probado en ella, es un proceso de selección que no sólo confirma al héroe predestinado, sino que aparta y devuelve a su sitio al que sólo pretende o aparenta.
Fui en su búsqueda… y me cuento entre los que volvieron para contar una historia, no de honor, sino de oprobio. Pero acaso por el camino y las historias, por las Islas de Bienaventuranzas, por todo lo perdido y roto, y por el culpable pero auténtico gozo que siempre se halla en la debacle ajena, la mía sea una de esas historias que, pese a todo, complace oír.

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