Alzad el cáliz por las Tres Hermanas
Pues en ellas la Triada se convierte en Unidad
Así como la Pirámide que es solo Uno y Cero
Alzad el cáliz por las Tres Coronas
Atadas en carne y sangre
Atadas en mente y espíritu
Aquellas cuyos ojos se llaman Nostalgia y Anhelo
Cuyos labios se llaman Ámbar y Ciprés
Y sus manos
Oh sus hermosas manos
Una se llama Vehemencia
La otra Misericordia
Damas de inexorable forma
Bebed del ponzoñoso riachuelo
Aquel que corre debajo del frondoso Árbol
Debajo o Detrás
Arriba y Delante
No importa el llanto del Loco
La mera canción que se escucha en el Sendero de la Corona
Una melodía de éxtasis y destino
Oh Destino
Sujeto y atado
Esclavo gentil y traidor
Erecta vuestra forma
Cual siervo de negra piel
Que en el atardecer se transforma en marfil y zafiro
Tal es la canción de las Tres Señoras
Réquiem de Medianoche
Una melodía de flores y raíces
Nacida de la inspiración de la Victima
Oh tú el Sacrificado
Aquel que escribe la funesta o alegre sonata
Guiad a las Hermanas en su Obra
Y besad sus manos con un beso bermejo
Dejaos ver los pálidos rostros
Aquellos en los cuales la senectud y la juventud son una
Pues Oh mis Señoras
Cuan hermosas son
Seductoras
De Vieja Estirpe
Inalcanzables y Severas
¿No dejaran que bese sus labios?
¡Oh No!
Labios intocables y ajenos
Tesoros de Satariel
Yo cruzare el Abismo
Aquel guardado por el Can impasible
Sí, sí
Allí las buscare
Más allá del Desierto
Entre las moscas y los recuerdos
Y los probare
Sí, los probare
Ámbar y Ciprés
Sonrisas que se apagan
Mientras una luz oscura emerge
Bajo la tonada Saturnina
Sí, bajo la tonada Saturnina
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