jueves, mayo 25, 2017

En toda experiencia del tiempo hay dos elementos principales. La experiencia de la sucesión, por la cual las cosas aparecen y desaparecen, y por lo tanto pasan; y por otra parte la experiencia de una magnitud, por medio de la cual se pueden comparar las duraciones. Sin embargo la razón de ser del tiempo no parece poder deducirse de su posibilidad de medirse, sino que debe exponerse a partir de una determinada concepción del ser, y el ser se caracteriza por mantener las propiedades que lo determinan. Si se intenta comprender el tiempo a partir de la experiencia del pasado, del presente y del futuro, su aportación al ser es muy problemática porque el pasado ya no existe y el futuro todavía no es; entonces el tiempo está hecho de no-ser y de un presente inestable que no se deja atrapar fuera de una anticipación de futuro o de una transformación en pasado.

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