Cuando la muerte dejo de ser un misterio y se convirtió en un problema, dejamos de pensarla y reflexionar sobre la esencia de la muerte, poco a poco, la muerte se convirtió en un espectáculo y un común, espectáculo visual para el entretenimiento del mas ocioso y morboso espectador.
Pero la muerte está aquí pesa como una Cruz de Hierro, que nos recuerda
lo que somos, tal vez, sea necesario volver a pensar la esencia de la
muerte, pues en cierta medida quien piensa en la muerte piensa en la
vida y el que ignora la muerte ignora la vida, así como diría Octavio
Paz; “como no amar a la muerte si amo la vida”.
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