lunes, agosto 14, 2017

Ahora es un a destiempo. Un destiempo para todo. Es un tarde, tarde para cenar o encontrar algo interesante en la televisión. Es pronto para desayunar o para darse una larga ducha con el agua ardiendo. En este momento no es hora de nada, pero saldré a la terraza y me sentaré en la banqueta de madera, hará frío y si comienzo a fumar no me faltarán estrellas con las que dar vida a la nicotina, pero Muerte estará tan hermosa... ¡¿Qué demonios?! siempre lo está, con esa tez pálida y sus cráteres por pecas, me estaré mordiendo hasta los nudillos, me apoyaré en la barandilla y miraré la carretera vacía, que calle tan tranquila, que alma tan inquieta la mía. Que cabrón el Sol que no viene a darme los buenos días y a decirme que me olvide de mis tonterías.

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