jueves, marzo 07, 2019
“Hay un cuadro de Klee (1920) que se titula Ángelus Novus. Se ve en él a
un Ángel al parecer en el momento de alejarse de algo sobre lo cual
clava su mirada. Tiene los ojos desencajado, la boca abierta y las alas
tendidas. El ángel de la Historia debe tener ese aspecto. Su cara está
vuelta hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece como una cadena
de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que acumula sin cesar
ruina sobre ruina y se las arroja a sus pies. El ángel
quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo
despedazado. Pero una tormenta desciende del Paraíso y se arremolina en
sus alas y es tan fuerte que el ángel no puede plegarlas… Esta tempestad
lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al cual vuelve las
espaldas mientras el cúmulo de ruinas sube ante él hacia el cielo. Tal
tempestad es lo que llamamos progreso”. (Walter Benajamin).-
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