jueves, marzo 07, 2019
Sigfrido creció en la selva y luego tuvo como maestro al herrero Mime,
que le aconsejó como debía matar a Fafner, el dragón custodio del tesoro
de los nibelungos. El futuro héroe forjó nuevamente la espada que había
pertenecido a su padre (Nothung o Balmung), y con ella atravesó el
corazón del monstruo, en cuya sangre se bañó para hacerse invulnerable.
Sólo un lugar de su espalda —donde se pegó una hoja de tilo— no fue
bañado por la sangre.
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