miércoles, junio 24, 2020

Maldiciones

Pienso en las maldiciones y las faltas, en los tratos, en ese Dios rencoroso que dentro de ello es piadoso y me ha escuchado, pienso en el cambio "el bien de mi Gente a cambio de mi felicidad", parece el deseo se concede, cuando pides algo con amor se cumple, por otro lado tal vez es que nací maldito y por eso la vida me arranca y me quita sin descanso, de otra forma no me explico esto o es tan fácil como decir porque algo bueno me pasaría a mi.

Umbrales

Me Reclaman las criaturas de la noche, me llaman por mi verdadero nombre, la otredad me observa y ha mandado, perros infernales, a su buena Xente, meigas y bruxas hermosas, a por mí, les resistiré y triunfare sé que la mañana de San Juan será Hermosa.
Trencé mis cabellos, les decore con las espinas de las rosas, he colectado la verbena, y esta listo el fuego, la hoguera encendida, ilumina la oscuridad, es momento de cantar y bailar, alrededor del gran fuego, pasar una y otra vez entre el fuego para renacer, para que la muerte sea vida, para ser nuevos y mejores. El gran fuego de San Juan es esta noche y vos cruzas conmigo los umbrales.
Fuego, laurel y deseos. San Juan es el umbral más conocido, san Juan es la fecha límite por excelencia. "Mañanita de san Juan" y "En la noche de san Juan" son los tópicos para la aventura y la puerta al Otro Mundo.
¡Felices deseos, pero, recuerden, tengan precaución con los umbrales!

Quejas

Incluso las quejas de los demás tienen su interés. Para ilustrar el hecho de que todos los problemas acaban llegando,  me quedo con una buena imagen:
"¿Qué botón es el que está más usado de los ascensores?". El bajo, contesto. "Pues eso me ocurre a mí, que soy el botón que todo el mundo acaba tocando". Entonces recuerdo una imagen bellísima. En la casa de un mi tipo, viven los padres, ya mayores, de una familia muy numerosa, que conozco algo, y que ha seguido creciendo con muchos nietos. En el ascensor de ese edificio está muy erosionado el botón B, como siempre. Pero también el botón del 6º, que es donde vive esa familia. Es verlo y se pulsa el botón de un verso de Miguel Hernández: "quedando / una mujer y un hombre gastados por los besos".
-Aquí no hay héroes, chico.
-Salvaste mi vida 10 veces en las últimas 6 horas.
-Sólo hacía mi trabajo, es todo.
-¿Qué obtienes por ser un héroe?
-Nada. Te conviertes en una sombra, recibes palmadas en la espalda, bla, bla, bla. Te divorcias. Tu esposa no puede recordar tu apellido. Tus hijos no quieren hablarte. Comes solo muchas veces. Créeme, nadie quiere ser ese tipo.
-¿Por qué haces esto?
-Porque ahora no hay nadie más que lo haga. Por eso. Créeme, si hubiera alguien más que lo hiciera, lo dejaría, pero no lo hay.
-Por eso eres ese tipo.
"El caballero, en el antiguo sentido caballeresco, se hallaba indisolublemente consagrado a su orden y era incapaz, fueren cuales fueren las circunstancias, de dejar de ser un caballero. Había cosas que había contraído el compromiso tácito de no hacer ni permitir. Ni él, ni nadie en presencia suya, podía permitirse el ser cobarde, cruel, vil, ingrato, obsceno o desleal. Así, el caballero, aunque siempre respetado, era detestado a menudo. Desde luego, no era el más acomodaticio de los compañeros, y los que no eran caballeros preferían no encontrarlo en su camino."
George Santayana, El último puritano, I, 183. Cit. por José Luis Villacañas en Ramiro de Maeztu y el ideal de la burguesía en España, 2000
Uno de los grandes medievalistas los achaca a la metáfora de la lucha contra la vagancia y la lentitud, del mismo modo que concedía poderes sobrenaturales venidos del averno a estos seres cuyos ojos se sitúan sobre lo que se asemeja a una cornamenta. También hace hincapié en la fortaleza y gallardía que cualquier caballero bizarro necesita para acabar contra la protección de la concha, que también se plantea como metáfora de la resistencia de estas lacras: la holgazanería y la lentitud.


Dado los buenos eruditos, expertos en su oficio, no tienen ni idea, cualquier conjetura es bueno con tal de que se basa en la información que se conoce. Las personas que copiaban manuscritos eran casi exclusivamente los devotos de toda la vida de la vida monástica. Sus monasterios eran en gran parte autosuficiente. Produjeron sus propios alimentos, su propia ropa, sus propias tintas y pinturas, su vitela. Cualquier exceso se utilizó para el comercio de lo que no podían producir, como el oro y las gemas para adornar sus libros. Hubo poca interacción con los miembros regulares de la jerarquía de la Iglesia o con la nobleza por lo que su conocimiento y comprensión de estos dos grupos era limitado y tan lleno de agujeros como su comprensión de cómo vivía la gente y vestidos con los tiempos de la Biblia que ilustran y el tipo de plantas y animales que poblaban la Tierra más allá de sus fronteras. Ellos absorben cuentos de los viajeros, pero en su mayoría extraídas de experiencias cotidianas y de lo que encontraron en los libros que copiaron. Caballeros armados, que viaja sobre los reinos cristianos, se idealizaron y sus hazañas fueron relacionados con las luchas a todos los cristianos enfrentaban contra un mundo hostil. A mí me parece que el caballero luchando contra caracoles podría ser una indulgencia metafórica del escriba, libre para disfrutar de las fantasías solitarias, mientras que pasar sus horas de soledad devoción a santa obra, imaginándose a sí mismo como un guerrero valiente para Dios en guerra contra el tedio de movimiento lento vida de todos los días y la preservación de la obra de los siglos contra los estragos del consumo sin sentido y la decadencia.


En 1850, el bibliófilo conde de Bastard sugirió la teoría de que la imagen del caracol pretendía representar la Resurrección, al descubrir estos moluscos en dos miniaturas de la resurrección de Lázaro. Lilian Randall, en su estudio sobre el tema, propuso que el caracol era un símbolo de los lombardos, un grupo difamado en la Alta Edad Media por su conducta traidora, práctica de la usura y un comportamiento nada caballeresco. Esta interpretación explica por qué el caracol es tan frecuentemente visto como el antagonista de un caballero con armadura, pero no explica por qué el caballero se representa a menudo en el lado perdedor de esta batalla, o por qué esta imagen en particular se hizo tan popular en los márgenes de salterios o libros de horas.



Otros estudiosos han descrito diversas motivos sobre el "caballero y el caracol", como una representación de la lucha de los pobres contra una aristocracia opresora, como una plaga, una representación de los trepadores sociales o, incluso, como un símbolo de la sexualidad femenina. Es posible que estas imágenes podrían haber significado todas estas cosas y más en un momento u otro. Es importante recordar cómo Michael Camilo, una vez escribió: "la imaginería marginal carece de la estabilidad iconográfica de una narrativa religiosa o un icono. Este motivo fue parte de una rica tradición visual que hoy podemos entender imperfectamente, pero esto no es óbice para que dejemos de intentarlo".


martes, junio 23, 2020

Yo sigo siendo el misterio encerrado en la cueva de la monstruosidad,
esa noche donde poco a poco va naciendo el día,
soy la belleza de luz y la sombra en una danza macabra,
la calavera enterrada en el piel
como un dolor y cruz que van purificando el alma,
soy el viento que habla con los ruiseñores,
el tiempo despedazado en las razones lógicas
de las perturbaciones de no ser,
aquí me llamo noche oscura, ese no ver,
esa alma que quiere vislumbrar por un fin,
soy el sexo idílico perfecto para encontrar la vida
y sin embargo no acabo de sentir nada,
soy y seguiré siendo; la nada, la ausencia y el sustituto,
la aridez ocasional de la vida lo que siempre se olvida,
noche, noche oscura
y esa esperanza que no sabe si espera,
que se pone mustia…

Os invoco Brujas, venid a mi venid al coven...
Fuego.
Siento que cada medio día, buceo en el fuego. Me sumerjo en una tempestad de llamas que me abrasa, que me despelleja por dentro.
Las corrientes de convección me arrastran al fondo del averno. Siento como unas pesadas cadenas de plomo hirviente, me retienen privándome de libertad.
Es el recuerdo que me acecha y me inmoviliza en esa hoguera expiatoria del sufrimiento.
Y el bálsamo de la noche.
Qué diferente del invierno.
La noche, con su refrescante aliento, devuelve la vida a mis calcinados miembros.
Regresan los sentidos a mi cuerpo:
Olfato, para oler la suave fragancia del jazmín; vista, para contemplar en el recuerdo las sutiles curvas de tu lejana topografía; oído, para gozar con tu presencia, con tu razonamiento; y tacto, para no perderme nunca en la oscuridad agarrándome a cada pliegue de tu deseado cuerpo.
Puedes sentir el fuego como agua,
como lluvia que inunda,
como sed que se sacia,
como tormenta ardiente
que espera su calma.
Después de ese fuego que abrasa
la paz de tu mirada
no necesita palabras.
Brotan chispas que encienden mis ansias,
ponen alas al deseo
…se reavivan las llamas
Y el fuego nunca se extingue
…si lo bebes como agua
Hay que predicar sobre el fin
de los cuerpos que nos lideran
que dejaron a su alma
apoderarse de vanas glorias
solo para poseer estados.
Todos esos mortales
esperarán al pie de la hoguera
gimiendo con impotencia
la pérdida de los placeres terrenales.
Llorarán, sobre sus tumbas
con la danza de la muerte
el fuego los consumirá
y sus ropas se harán cenizas.

domingo, junio 07, 2020

Huir

Huir, una escapada sin final, un azul que se convirtió en negro, ausencias, luces apagadas y mi alma queriendo gritar ¿dónde está el sol cuando no entiendo nada? minutos que se hacen horas, horas que se hacen días, capítulos de una serie que me perdí a mitad. A mitad de un cielo sin estrellas, de una luz apagada, de un millón de noches sin dormir.

El oficio del Pellar

El oficio del Pellar, un término propuesto por algunos como proveniente de “repeledores del mal”, hace referencia a una mujer sabia y un hombre de astucia del Antiguo Camino en la práctica de su oficio, que abarca paganos cristianos en prácticas mágicas y ceremoniales tradicionales. De protección mágica de maleficios, o de “deseos que enferman”, de curación y exorcismo de la maldición, liberando personas, ganado, lugares y objetos; haciendo adivinaciones, amuletos y conjuros con espíritus. Es un arte de doble filo; el conocimiento y la capacidad de realizar maldiciones y la habilidad para repelerlas

un dios salvaje

Si bien es cierto que Un dios salvaje comparte con la película de Buñuel la incapacidad casi sobrenatural de los personajes de escapar de esa situación, el peso del texto de Yasmina Reza, acá no tan adaptado como trasladado a la pantalla a cuatro manos entre Polanski y la propia Reza, termina imponiéndose al violentísimo nonsense de El ángel exterminador. Lo cual no sería un problema si hubiera en la película de Polanski la idea de reinterpretar o apropiarse del material o, al menos, la intención de exponer su origen teatral

Los deseos y los temores

Los relatos que tienen que ver con el demonio o la brujería me gustan mucho porque hablan de los deseos y temores de la gente, que se manifiestan mediante eventos sobrenaturales; en ese sentido se pueden considerar literatura fantástica, aunque no reúnen todas las características de ese género