Yo sigo siendo el misterio encerrado en la cueva de la monstruosidad,
esa noche donde poco a poco va naciendo el día,
soy la belleza de luz y la sombra en una danza macabra,
la calavera enterrada en el piel
como un dolor y cruz que van purificando el alma,
soy el viento que habla con los ruiseñores,
el tiempo despedazado en las razones lógicas
de las perturbaciones de no ser,
aquí me llamo noche oscura, ese no ver,
esa alma que quiere vislumbrar por un fin,
soy el sexo idílico perfecto para encontrar la vida
y sin embargo no acabo de sentir nada,
soy y seguiré siendo; la nada, la ausencia y el sustituto,
la aridez ocasional de la vida lo que siempre se olvida,
noche, noche oscura
y esa esperanza que no sabe si espera,
que se pone mustia…
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