lunes, julio 11, 2005


El Extraño

Valentina estaba dedicada a su trabajo, rehuía a sus viejos amigos, se encerraba en casa, poco a poco se hundió en su mundo privado.

Valentina solo salía de casa para ir al trabajo o para dar clases en una academia.

La calle estaba iluminada por las farolas, ella volvía de la academia. La gente entraba y salía de las cafeterías, eso la deprimía... Y mas cuando eran parejas quienes lo hacían... Deseaba a alguien a su lado.

Giro hacía su calle...

Tardo unos minutos en verle... Unos 190 cm, delgado, bien vestido, rasgos afilados...

-Hola... ¿Eres nuevo?

-Si

-Nunca te vi antes... Ya me imagine

Él se encoge de hombros.

-Ok... Pues... Encantada de conocerte

Ella se introduce en el portal, una mano agarra su brazo.

-¿Qué?

Es él.

-Eres muy guapa

Valentina se siente violenta ante la situación.

-Muy... Muy guapa

Valentina tira... Cede... Enrojece.

-¿Te moleste?

-No... No, me agrada mucho...

Se quedan mirándose.

-¿Quieres entrar a tomar algo?

El asiente, la acompaña dentro.

En la casa le saca café y bollos.

-¿Te gusta el dulce?

Él da un mordisco.

-Es rico

-A mi me encanta... Aunque engorda mucho

-Engorda

Él sonríe, la mira...

Un café sigue a otro... Los bollos se evaporan...

-Gracias

Ella sonríe, le parece un chico muy educado... Y guapo.

Él se acerca, ella no se mueve... Le recibe, se le ofrece, con los ojos cerrados... Con gesto confiado...

Las manos de él se deslizan por el cuerpo de ella... La desnuda... La posee sobre aquel sofá...

Mientras descansan tras la pasión. Mientras la enorme mano, de largos dedos, recorre el cuerpecillo de niña de ella.

-Eres bonita

-Gracias

-Pero solo hueso

-Me mantengo en línea

El menea su cabeza en desaprobación.

-¿No te gusta?

Él no dice nada.

Se queda dormida... Sueña que la ata... Que la llena de dulces... Pero ella no grita... Goza.

La despierta el miembro de él colándose, de nuevo, entre sus muslos... Ella no grita.

Sobre la mesilla la mochila de él, dentro un libro de anatomía...

Las manos de él aprieta el redondo trasero... Sus labios, finos y malévolos, atrapan uno de los pequeños pechos... Ella goza... él goza... Y planea...

Entre el gozo de valentina el saca como de algún acto de magia un bisturí con el cual corta el pecho de la chica ella gime de dolor, placer, miedo.

Valentina agoniza, no sabe lo que ocurrió solo mira los ojos enrojecidos del hombre y toda la luz se desvanece para siempre...

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