VIII
Coleccionista de corazones,
valiosos tesoros,
el mío basura para el olvido?
¡y el mío negro tan seco!
arrumbado en mi cuerpo
no soy lo suficientemente valioso
para que dediques unas palabras
o es que piensas que estaré eternamente
aquí detrás de ti custodiándote
y yo el guardia mudo y ciego
habrá que alimentarlo con amor y con cariño
si no moriré
me haré estatua de mármol
mi corazón se petrificara
haciéndose pesado
me largare y quedaran los vacíos
pero ya no necesitas
lo que te ofrezco
porque entonces yo sigo estando aquí
mientras observo como todos
se vuelven participes del mundo al que no pertenezco
es un buen día
amanece y no he dormido bien
converse con un muerto
veo morir a un niño,
amenace a unos diablos con la fe enorme que le tengo
a las vicisitudes de mis creencias,
abrace a la luna antes de de guardarla en el bolsillo derecho de mi jeans negro
junto con las estrellas que anoche cayeron para alumbrarme una oscuridad violenta
aquí es como un universo pequeñito
en mi mente me puedo perder
en mi corazón morir un poco y vivir mas
todo es perfecto y tan hermoso puedo sentir el calor del sol
y el viento en mi rostro,
seccionar en buenos y en malos los pensamientos,
tengo mis secretos abiertos y mentirosos
y mis verdades ocultas perversas
siempre exclamando
que es suficiente para que sea inmoral
pero no imposible…
colecciono corazones
los míos rotos
y los que alguien me quiso prestar
busco uno idéntico al mío
aquí en el parque o en mi habitación tal vez
no le haré caso a las visiones
ni tomare mas las pastillas y guardare mi sangre en frasquitos,
tirar las lagrimas que junte
bañando las flores con ese néctar,
se en realidad son sueños rotos e ilusiones perdidas
que el cuerpo no necesita más,
vacían un poco el alma
yo una sombra de olvido en pensamiento
vendrán lluvias y tormentas
noches de eco y ausencia
mañanas de soles rojos
tardes de paz incontrolable,
los perros aun ladran y el papel jamás se termina
ojala que la tinta perdure y no regrese a la excentricidad de la sangre,
soy tan sencillo,
que me gustan los niños
tengo uno encerrado en formol
sobre mi escritorio,
es tarde y me tiño de blanco
peso demasiado y no puedo moverme
seré estatua de ángel,
vacía con heridas en el pecho y manos
estatua de mármol,
coleccionista de corazones,
siempre oculto algo,
mi vocación de romántico suicida,
revela mis secretos a quien se adentre
a escuchar la vos de los muertos
en el cementerio de mi corazón.
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