Como el mundo se rinde ante el gusano, como bajamos la cabeza ante el
oscuro temor del día en que el gusano se alzará victorioso en nuestra
carne y se erigirá señor de nuestro cuerpo. Pero, aunque por definición
seamos ese miedo, la evidencia de nuestra naturaleza debería permitirnos
recordar que somos mortal...es, y que ese es el don que nos permite
atesorar cada momento como irrepetible y precioso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario