viernes, julio 08, 2016

Odio a los que desean ser felices, pues su fuerza sólo les alcanza para desearse a sí; odio a los poetas y escritores, pues su fuerza no les alcanza para destruir sus obras; odio a los cultivadores del cuerpo que no han probado el deseo de arruinarse; odio a los que adoran al dios que les promete paz, porque les promete paz, adorando más la paz que al dios; odio a los que odian de vulgar manera, pues pocos odian por el placer de odiar pudiendo por su fuerza del odio librarse, mas conservándolo y aumentándolo no con miras al objeto odiado, no con miras al sujeto que odia; cualquier sentimiento que busque crear o destruir, es uno emanado de la debilidad.

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