Algunos obituarios son historias de amor.
Mientras otros cuentos de dolor.
Otros inspiran poetas.
Algunos deprimen a los frágiles.
Son susurros afilados, son tan intensos que duelen y tan bellos que emocionan, susurran, hablan y recitan lamentos.
miércoles, agosto 09, 2017
Ser de pocas palabras era considerado un rasgo propio del caballero y,
en general, de la persona de buena crianza. La locuacidad destemplada
era incompatible con la gravedad, propia de hombres de obligaciones y
justo criterio.
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