Escrito en mi sangre condenada,
susurradolo viene el viento,
deseando de no recordarla,
por mis suspiros se la devuelvo.
-
Pero viene otra vez su rostro,
a atormentar mi pensamiento,
a desgarrar mi alma del todo,
a perder mi dolor en el tiempo.
-
Quiero no volver a sentir nunca,
no ser esclavo del pensamiento,
pero es demasiada su dulzura,
y ya no puedo dejar de serlo.
-
Seré al fin del todo inerte,
cuando corte mi hilo la Parca,
me lleve Caronte en su barca,
y sobrevenga en mi la muerte.
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